La falta de un plan que regule la actividad en nuestro cerro nos ha llevado a que los vecinos tengamos que hacer trabajos que NO NOS CORRESPONDEN en su totalidad:
- Controlar que el Cerro no se sature de vehículos por la seguridad de todas las personas que lo habitan: Residentes, Comerciantes y Turistas.
- Tener que controlar la contaminación ambiental de los ruídos y gases que deterioran nuestra calidad de vida (hacer detener los motores a los microbuses de turismo).
- Tener que supervisar las basuras en las calles y la proliferación de ratones, ratas y/o guarenes (aplicando veneno y/o recurrir al servicio de los gatitos).
- Tener que poner la cara frente a los problemas de comerciantes callejeros (Paseo Gervasoni, fiscalizando los permisos municipales).