En las reuniones sostenidas entre la Junta de Vecinos del Cerro Concepción y los ejecutores del proyecto de repavimentación de Cerro, los tres temas centrales a dirimir en consulta y de mutuo acuerdo ante la propuesta hecha fueron: primero, si los sistemas de drenaje de las aguas lluvia de las calles deberían ir por el centro de las calzadas o por las cunetas que separan físicamente por diferencia de altura las calzadas de las aceras; segundo, si aceras (veredas) y calzadas (calles) deberían uniformarse en altura de tal manera de establecerse una superficie continua de pared a pared, y; tercero, sustituir los adoquines originales de las calzadas por pavimentación de concreto en diversas calles del Cerro.
Los dos primeros temas están íntimamente relacionados. Los vecinos argumentamos que los drenajes debían ir por las cunetas porque así las aguas se distribuían en dos mitades evitando la sobre carga, las cunetas protegían las casa de las inundaciones, además, la experiencia de la subida Almirante Montt con drenaje central mostraba que en los momentos de mayor precipitación pluvial era tal la carga de agua que hacía la calzada incruzable para los peatones. En cuanto a la indiferenciación entre calzada y acera, además, de la necesidad de cunetas por razones de buen drenaje, los vecinos señalaron que las cunetas eran la única manera de proteger las aceras de su ocupación ilegal para el estacionamiento de vehículos, lo cual acontecía por la sobre carga de los mismos debido a que el Cerro es utilizado como parqueadero por los empleados, ejecutivos y clientes de la zona bancaria en el plan al pie del cerro, asimismo, por la sobre demanda de estacionamientos en las noches y los fines de semana causada por los clientes de los establecimientos turísticos y culturales que se han instalado en el Cerro.